miércoles, 29 de febrero de 2012

EL MITO, QUITO YA NO TIENE A DONDE CRECER

 

Uno de los mayores problemas de los habitantes de las  ciudades actuales, es tener que recorrer grandes distancias para ir del hogar hacia las diferentes actividades de la vida cotidiana.   Quito tiene este problema.  Su topografía, rodeada de montañas, ha hecho que la ciudad crezca de norte a sur, alargándose considerablemente por más  de 40km de largo y apenas 4km de ancho en promedio, agravándose  aún más  en los últimos años, debido al crecimiento de la ciudad hacia los valles orientales.   Se dice que Quito ya no tiene a donde crecer, que por ello hay que poblar los valles y que por lo tanto es inevitable este crecimiento.   Voy a tratar en este artículo de demostrar que eso es un mito y que al contrario, sí es posible evitar ese crecimiento desmesurado si se  realizan ciertas acciones que dependen de decisión política.

Quito una ciudad de baja densidad, centralizada  y en expansión

Según  la proyección de población para el año 2010 que maneja  la Secretaría de Territorio, Hábitat y Vivienda del Distrito Metropolitano, en Quito vivimos 1736.541 habitantes en el área urbana y 649.064 habitantes en las zonas suburbanas, con un total de 2’385.605 habitantes en todo el Distrito. (2’239.191 según el censo del 2010).       La densidad poblacional promedio en la zona urbana es  de 92 habitantes por hectárea, lo que viene a ser un indicador de ciudad extensa de baja densidad.     

De las cinco zonas administrativas en la que se divide el área urbana de la ciudad,  la zona denominada Eloy Alfaro, que corresponde al  sector  centro sur de la ciudad es la que mayor densidad poblacional tiene, 154 habitantes por hectárea, curiosamente en esta zona casi no existen edificios en altura  siendo que  la mayoría de edificaciones  son menores a cuatro pisos;  luego le sigue Manuela Sáenz, que corresponde al Centro Histórico con 115 habitantes por hectárea;  La Delicia con 104 habitantes por hectárea que corresponde a la zona norte de Quito;   Eugenio Espejo con 75 habitantes por hectárea que corresponde a la zona centro norte; y finalmente Quitumbe con 54 habitantes por hectárea, que corresponde al sector sur de la ciudad.  

Como se puede apreciar en los datos anteriormente citados,  fuera de Quitumbe, que es una zona relativamente  nueva de la ciudad y prácticamente en proceso de poblamiento, la zona Eugenio Espejo es la de menor densidad poblacional,  siendo a su vez el sector urbano en donde se localizan la mayor cantidad de edificaciones en altura.  ¿Hay alguna explicación para que en el sector en donde hay más edificios en altura sea la menos poblada y en cambio en la zona en donde casi no hay edificaciones en altura sea la más poblada?  Pues sí y tiene que ver con los usos de suelo, la ocupación del suelo  y la distribución del equipamiento urbano.

En la zona centro norte de la ciudad, justamente la de menor densidad descontado Quitumbe, es la zona en donde se localizan la mayor cantidad de actividades urbanas.  Centros comerciales, centros de negocios, el sector financiero, edificios de oficinas de profesionales, la mayor cantidad de universidades, hospitales, clínicas, consultorios médicos, varios ministerios,  empresas municipales, empresas privadas,  centros educativos, la  gran oferta turística y hotelera, lugares de diversión, parques urbanos,  están localizados en esta zona.   Es  por ello que  la mayor cantidad  de viajes urbanos,  alrededor de  la mitad,  son a esta zona de la ciudad según datos de la Secretaría de Movilidad del Distrito Metropolitano.    

En cambio hacia el sur de la ciudad, así como hacia la zona norte, existe un predominio del uso residencial, con algún equipamiento de índole sectorial y cierto comercio barrial. 

Otro dato que es importante conocer es la tasa de crecimiento de la ciudad y la de sus diferentes zonas.   En el área urbana, la tasa de crecimiento entre el 2001 y el 2010 se ubicó en el 2,03% siendo las zonas de mayor crecimiento relativo las de La Delicia con el 2,95% y la de Quitumbe con el 2,88% ubicadas al extremo norte y sur de la ciudad, mientras que la tasa de crecimiento en las áreas suburbanas estuvo en el 4,3% siendo la zona de Tumbaco la de mayor tasa de crecimiento con el 5,18%.

En definitiva, estos datos nos indican claramente que  tenemos una ciudad extensa de baja densidad, con una gran concentración de actividades en la zona centro norte en donde la densidad poblacional es más baja aún, con una fuerte  tendencia de crecimiento hacia las zonas suburbanas  y  hacia la periferia,      lo cual genera en gran medida los actuales problemas de movilidad, y que  pueden agravarse exponencialmente si no hacen los correctivos necesarios.

¿Cuáles serían los correctivos necesarios?

Que más gente venga a vivir en la zona centro norte que es donde más actividades se concentran y tenemos una de las densidades más bajas.   Esto es posible hacerlo ya que aún existen muchos sectores sin consolidar, la mayor parte de instituciones públicas.    

Prácticamente hay un gran sector de la ciudad conocido como Iñaquito, el cual está sin consolidar.  Este sector está ubicado entre la Av. América y calle Veracruz al occidente, Av. República,  y Atahualpa al sur,  Av.  Amazonas y calle Japón al Oriente y la Av. Gaspar de Villarroel al Norte, y que junto al sector de la Pradera constituyen una amplia zona de la urbe.  Este sector que se localiza  en gran parte alrededor del Parque de La Carolina, posiblemente  es uno de los mejores ubicados de la ciudad, en donde  cualquier proyecto inmobiliario sería un éxito y constituye una excelente oportunidad para ofertar vivienda  y densificar  la zona en el lugar preciso en donde se concentra la mayor cantidad de actividades ciudadanas, por lo que bien manejado, tendría el potencial de  reducir en buen número la cantidad de desplazamientos motorizados.   

Este proyecto por su magnitud  y por la incidencia que tendría en la urbe, debería  ser  objeto de concurso público.   En la propuesta urbana se debe considerar  la vinculación con   los barrios   aledaños, creando  itinerarios peatonales y verdes, conformados  por aceras generosas arborizadas,  calles locales, calles comerciales y peatonales nuevas y o existentes, que faciliten  e incentiven la caminata.    Que  en su trayecto se encuentren pequeñas plazas, parques y sitios de encuentro, que a su vez permitan la realización de múltiples actividades,  de tal forma de crear redes  continuas  de espacio público de dominio peatonal, verde y diverso,  que tendrían su confluencia en el  Parque de La Carolina y que se expandan  en la ciudad a manera de ramales o afluentes, tanto en sentido este-oeste, como norte-sur.  De la misma manera se debe considerar la creación  de pequeñas centralidades barriales o fortalecimiento de algunas  existentes, que estén vinculados por la red de espacio público  anteriormente descrita, y  que las edificaciones tengan a su vez una fuerte integración con el espacio público.     

Como el gran objetivo de esta propuesta sería reducir  la necesidad de traslados en vehículos motorizados,   para las edificaciones de la propuesta sería suficiente con exigir un máximo de un espacio de parqueadero por unidad habitacional.   Su uso mayoritario sería el residencial para compensar la gran oferta  de servicios que existe en el sector, aunque se podría plantear  algunos comercios locales en la planta baja y ciertos servicios o  un mínimo de equipamientos  a escala barrial según lo que determine el  análisis  de cada sector a consolidar, sin perder de vista el objetivo principal, convirtiéndose de esta manera en un proyecto gestor de una reestructuración  urbana en la zona desde el punto de vista del peatón y que recupere la escala humana.     Esto permitiría que gran cantidad de gente que trabaja o realiza actividades en la zona, venga a vivir cerca, de tal manera de simplemente caminar hacia sus sitios de actividades.  Lo mejor de este proyecto es que la municipalidad no tendría que invertir nada en hacerlo, es cuestión de dejar a los promotores inmobiliarios que inviertan  de acuerdo a los criterios enunciados y a los resultados del concurso de la  propuesta urbana.

Conversando con algunos amigos inmobiliarios me decían que  existe una gran demanda  de vivienda de gente que quiere vivir cerca de su trabajo.   Esto lo corrobora el hecho de que un proyecto realizado por Quito Vivienda, entidad municipal dedicada a la vivienda del Municipio de Quito, en el sector de La Larrea,  se lo haya vendido en planos en tiempo récord.   Otros sectores en donde se pueden realizar proyectos semejantes en la zona centro norte, están  alrededor de la Selva Alegre y Pambachupa en la Belisario Quevedo, y el sector alrededor de la estación de la Río Coca, con lo cual se puede repoblar y aumentar densidades en esta zona, sin necesidad de invadir barrios que tienen alto valor morfológico e inclusive patrimonial  y que requieren de tratamiento especial como es el caso de la Floresta.   

Por otra parte y como ya existe una gran oferta de edificios de oficinas, consultorios,  centros de negocios y  centros comerciales, se debería  restringir nuevas edificaciones para estos usos en la zona centro norte, a menos que exista un buen estudio que justifique ese uso,   en donde se vea que el impacto en la zona puede ser positivo para equilibrar las actividades y reducir movilidades. En todo caso  manteniendo los mismos criterios, se debe fortalecer micro centralidades  a escala barrial, con comercio local  y equipamiento que sirva a distancia de caminata. 

Hacia la zona centro sur, en cambio,  se debería incentivar  la construcción de edificaciones para  oficinas, servicios profesionales, consultorios  médicos, fortaleciendo ciertas centralidades barriales y sectoriales equilibrando actividades.  De  igual manera en cuanto a la implantación de nuevos equipamientos urbanos, como equipamientos de salud, educativos, administrativos y de gestión de tal manera de reducir movilidades.  Desde este punto de vista es muy buena la idea del Presidente Correa de trasladar las dependencias del gobierno al Cuartel Eplicachima.   A su vez un proyecto de esta envergadura, se complementaría con una regeneración urbana de los sectores aledaños, siguiendo los mismos criterios expuestos para la zona centro norte en cuanto a la creación de  redes de espacios público verdes y de dominio peatonal,  en donde se promueva la creación de edificaciones  para usos complementarios, sin descuidar para nada la predominancia del uso residencial y la vida de barrio, tan rica en este sector de la ciudad.    En cuanto a la zona norte, la salida a corto plazo del aeropuerto constituye una gran oportunidad para  en base a los mismos criterios, descentralizar actividades, aumentar densidades   y crear un  sistema de redes  de espacio público verde y de dominio peatonal, que en este caso confluyan en el gran parque urbano  que se crearía en el terreno del actual aeropuerto Mariscal Sucre,  vinculando a todos los sectores aledaños de la zona.

Otra de las medidas que se debe hacer,  es rehabilitar  zonas urbanas que se encuentran en proceso de deterioro y volverlas atractivas para que la gente vuelva a vivir en ellos y evite irse a vivir a la periferia.  Barrios como La Mariscal, Santa Clara,  La Larrea,  el Centro Histórico,  Los dos Puentes pueden recuperar su carácter residencial y aumentar su población si se  invierte en redes de espacio público verdes y de dominio peatonal, se modifica los usos de suelo a favor del uso residencial para las nuevas edificaciones y se reduce el tráfico contaminante.    En el barrio Larrea enunciado anteriormente, ya existe un proyecto para edificar departamentos de  uso residencial en varios terrenos baldíos.   Esto aumentará  la población que viva en el sector, que por su ubicación cercana a los  parques  de El Ejido y de La Alameda  y tener cerca dos troncales del sistema masivo  que pasan por ahí, Trole y Metro Bus, lo hacen de fácil conectividad sin necesidad del uso de auto privado, por lo mismo no debería dejarse  mayor espacio de parqueo.    Se debe, para completar este proyecto y  tener un mejor efecto,  crear redes de espacio público  con énfasis peatonal, vinculándolo  con los barrios aledaños y  con una gran confluencia de estas redes en los Parques de El Ejido y La Alameda.

Como se puede apreciar en los párrafos anteriores, si se toman este tipo de medidas, podemos equilibrar las actividades y reducir movilidades.   Los constructores pueden seguir haciendo buenos negocios puesto que  la gente va a preferir vivir cerca de donde hacen sus actividades con lo cual se evitaría en gran  manera la expansión urbana.    

De la misma manera   que se puede promover la consolidación, rehabilitación,  regeneración  y densificación urbana, se puede   y se debe evitar la expansión urbana desmesurada.  

Poner freno a la expansión urbana

Hasta hace pocos años,  a las zonas de Tumbaco, Nayón y Los Chillos se las consideraba como zonas residenciales agrícolas de baja densidad, en donde los lotes mínimos eran de gran extensión, los coeficientes de ocupación del suelo (COS), eran muy bajos y las alturas permitidas no pasaban de dos pisos.  Actualmente los lotes mínimos han cambiado, se han aumentado densidades, coeficientes de ocupación de suelos y alturas de edificación, es por ello que ahora vemos la proliferación de conjuntos habitacionales y edificios de departamentos. Con esto, se está expandiendo aceleradamente la urbe empeorando cada día más los problemas de movilidad.  Los valles se han convertido en ciudades dormitorio, en donde gran parte de la población   viaja hacia  la urbe quiteña durante  las primeras horas de la mañana y regresa  a sus casas durante las últimas horas de la tarde.      

Se debe  volver  urgentemente a la zonificación anterior para todas las parroquias suburbanas,  con planes especiales para cada parroquia, en donde se prevea tan solo un crecimiento programado alrededor de los centros poblados, y el fortalecimiento de centralidades sectoriales con la dotación de cierto equipamiento necesario que permita equilibrar las actividades en la zona.  

Hay que evitar de la misma manera que se sigan implantando  en estos sectores grandes equipamientos urbanos, como centros comerciales de influencia urbana, más colegios o centros educativos particulares, y o universidades.  Con los que existen hay suficientes para la zona y generan gran cantidad de viajes motorizados.  

Evitar de la misma manera la creación de megavías y o autopistas que  se terminan convirtiendo en  generadoras  de expansión urbana y facilitadoras para la implantación de  grandes proyectos inmobiliarios, mucho más cuando coincidentemente o no, la zonificación se ha cambiado,  incrementando densidades, alturas y COS, alrededor del trazado de estas vías.   Pongo como ejemplo el de la Ruta Sur hoy llamada Ruta Viva.  Esta ruta se la justifica diciendo que se la hace porque el tráfico desde el valle de Tumbaco ha colapsado y es necesaria la creación de esta vía para “descongestionar” siendo que además servirá como ruta de conexión hacia el nuevo aeropuerto.  De acuerdo a la zonificación actual, alrededor del trazado de esta vía, en un lugar en donde  antes vivía una familia en 2000m2 de terreno,    ahora  se puede  hacer hasta  seis pisos de altura y doce departamentos. Si eso se produce,  estaríamos  incrementando la población en doce veces  y como las familias que vienen a vivir en este sector son las que más automóviles tienen per cápita,  estaríamos incrementando el tráfico actual en doce veces o más,  teniendo como resultado un empeoramiento exponencial de la situación, tanto para el valle como para Quito y no habría vía o vías que lo aguanten.

Algo que debemos tener muy claro, es que los actuales problemas en la movilidad que tenemos en la ciudad, son el resultado de crear ciudades basadas en la “solución” que suponía el automóvil para trasladarnos.  Si seguimos pensando, planificando y gastando en obras con la misma lógica del automóvil, tan solo estamos empeorando las cosas.  Desde este punto de vista se debe repensar el plan vial de la actual administración municipal.   La tendencia actual en el mundo es a la creación de ciudades compactas y con múltiples centralidades. Se trata de revertir la situación creada y que se está volviendo insostenible,  por una  que nos permita dividir  a la ciudad en múltiples comunidades autosustentables. Comunidades en donde vivamos cerca de donde trabajamos, que sean zonas eficientes energéticamente, y que nos permita reducir  la huella ecológica para llegar a tener una vida urbana sostenible.   Mientras más rápido empecemos mejor. 

Diego Hurtado
Asociación de peatones


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