Existe una gran animadversión de gran parte de la ciudadanía hacia el
sistema de transporte colectivo, que en algunos casos provoca rechazo
sin siquiera haberlos utilizado. Se los trata despectivamente en medios
de comunicación, la publicidad aprovecha de esta situación para vender
sus autos y los que no tienen auto están soñando con tener uno para no
tener que soportar tanto “calvario”. ¿Prejuicios tan solo, exageración
tal vez, o cuánto hay de verdad en ello?
Analicemos algunas razones del porqué odiamos a los buses. He recogido varias opiniones de los diferentes actores de la movilidad y mi propia experiencia tanto como conductor, usuario, ciclista y peatón. Si usted tiene más razones para odiarlos, compártanos. Si conocemos estas razones se puede proponer soluciones para reducirlas, hacerlos amigables y potenciar los beneficios que los buses pueden traer para la ciudad.
Desde el punto de vista del conductor del auto privado:
1. Porque se paran en la bocacalle a recoger pasajeros y dificultan la circulación.
2. Porque se paran en doble fila a recoger pasajeros y dificultan la circulación.
3. Porque si vamos atrás del bus se paran cada 20 metros a recoger pasajeros y entorpecen el flujo.
4. Porque cuando comparten espacio con los autos en la vía, estos aplican el peso lanzándote el auto para rebasar al otro, te amedrentan porque son grandotes.
5. Porque cada vez que vas atrás de un autobús, no puedes ver lo que está pasando adelante y eso te crea incertidumbre provocándote estrés.
6. Porque se creen los dueños de la vía
7. Porque te lanzan hollín.
Las razones de la 1 a la 6 tienen que ver con el hecho de compartir espacio en la vía buses y automóviles y el no tener paradas fijas establecidas. Lo óptimo entonces debería ser tener carril exclusivo con paradas fijas en todas las vías arteriales y colectoras de la ciudad y carriles preferenciales con paradas fijas en las vías colectoras que por su escala no amerita un carril exclusivo. La razón 7 tiene que ver con una mejora en la calidad del combustible y el paso hacia sistemas tecnológicos menos contaminantes.
Desde el punto de vista del usuario:
1. Porque en hora pico en algunos sitios es difícil subirse a un bus, pasan llenos y muchas veces no paran
2. Porque si conseguiste subirte en esas horas vas apiñado
3. Porque de repente aplastan el acelerador y luego frenan bruscamente para recoger pasajeros
4. Porque hay veces en que te toca subirte o bajarte al vuelo
5. Porque cuando andan buscando pasajeros van lento, no avanzan y se quedan perdiendo el tiempo.
6. Porque las frecuencias, horas a las que pasa y horas a las que llega, son imprevistas por lo que no sabes a que hora vas a llegar a tu destino.
7. Porque en muchas ocasiones no te sientes respetado, te sientes maltratado.
Estas razones para odiarlos, se mitigarían considerablemente con los carriles exclusivos y paradas fijas. En el caso de la razón uno y dos se puede solucionar aumentando frecuencias, lo cual también se consigue hacerlo si es que tenemos carriles exclusivos. Los buses pueden hacer más frecuencias si tienen un carril exclusivo, ya que los recorridos lo harían en menos tiempo, recogiendo y bajando pasajeros solo en las paradas establecidas y con un flujo constante. La razón siete es cuestión de capacitar a los “profesionales del volante” para dar un excelente servicio y trato al usuario. Y en esto sí deben ser verdaderos profesionales, con un salario digno, con beneficios sociales y seis horas de trabajo al día.
Desde el punto de vista del ciclista:
1. Porque te lanzan el humo si estás atrás
2. Porque te lanzan el bus y te pitan si estás al frente
3. Porque no te consideran parte del tráfico y no te respetan, te cierran y te pitan para que te quites
4. Porque por su tamaño te amedrentan
Desde el punto de vista del peatón:
1. Porque te lanzan el humo
2. Porque se paran en el paso cebra impidiéndonos el paso
3. Porque cuando estamos cruzando nos pitan y aceleran amenazantes
4. Porque son ruidosos, sus motores producen más decibeles que los automotores pequeños y eso causa estrés.
Las razones para odiarlos, tanto por parte del ciclista como por parte del peatón, se reducirían notablemente organizando el sistema de transporte con carriles exclusivos y o preferenciales y paradas fijas, capacitando y profesionalizando a los choferes, mejorando la calidad de los combustibles y dando paso a unidades con tecnologías menos ruidosas y contaminantes. El trolebús es un buen ejemplo de ello, lástima que el sistema esté incompleto y por ello no se puede apreciar todo su beneficio. Es necesario por ello pasar urgentemente a un sistema completo de BRT (Bus Rapid Transit) para la ciudad. Los transportistas pueden estar seguros que en poco tiempo podrán dejar de ser los malos de la película.
Ahora analicemos algunas razones de porqué debemos querer a los buses:
1. Porque un bus puede llevar 50 pasajeros y ocupa muchísimo menos espacio que 50 autos, o 40 autos para el promedio de Quito de 1,3 pasajeros por auto.
2. Porque al llevar varios pasajeros durante todo el día, el índice de contaminantes emitidos por persona, es mucho menor que el que provoca un auto.
3. Porque son más eficientes energéticamente que el auto, en función del combustible consumido para transportar un gran número de pasajeros.
4. Porque lo óptimo en términos de eficiencia para transportarse largos trayectos en la ciudad, son los sistemas de transporte masivo y colectivo.
Las razones para quererlos son de mucho peso como para eliminar urgentemente las razones para odiarlos.
Diego Hurtado
APQ
http://www.facebook.com/diegohurtadov?sk=notes&s=30
Analicemos algunas razones del porqué odiamos a los buses. He recogido varias opiniones de los diferentes actores de la movilidad y mi propia experiencia tanto como conductor, usuario, ciclista y peatón. Si usted tiene más razones para odiarlos, compártanos. Si conocemos estas razones se puede proponer soluciones para reducirlas, hacerlos amigables y potenciar los beneficios que los buses pueden traer para la ciudad.
Desde el punto de vista del conductor del auto privado:
1. Porque se paran en la bocacalle a recoger pasajeros y dificultan la circulación.
2. Porque se paran en doble fila a recoger pasajeros y dificultan la circulación.
3. Porque si vamos atrás del bus se paran cada 20 metros a recoger pasajeros y entorpecen el flujo.
4. Porque cuando comparten espacio con los autos en la vía, estos aplican el peso lanzándote el auto para rebasar al otro, te amedrentan porque son grandotes.
5. Porque cada vez que vas atrás de un autobús, no puedes ver lo que está pasando adelante y eso te crea incertidumbre provocándote estrés.
6. Porque se creen los dueños de la vía
7. Porque te lanzan hollín.
Las razones de la 1 a la 6 tienen que ver con el hecho de compartir espacio en la vía buses y automóviles y el no tener paradas fijas establecidas. Lo óptimo entonces debería ser tener carril exclusivo con paradas fijas en todas las vías arteriales y colectoras de la ciudad y carriles preferenciales con paradas fijas en las vías colectoras que por su escala no amerita un carril exclusivo. La razón 7 tiene que ver con una mejora en la calidad del combustible y el paso hacia sistemas tecnológicos menos contaminantes.
Desde el punto de vista del usuario:
1. Porque en hora pico en algunos sitios es difícil subirse a un bus, pasan llenos y muchas veces no paran
2. Porque si conseguiste subirte en esas horas vas apiñado
3. Porque de repente aplastan el acelerador y luego frenan bruscamente para recoger pasajeros
4. Porque hay veces en que te toca subirte o bajarte al vuelo
5. Porque cuando andan buscando pasajeros van lento, no avanzan y se quedan perdiendo el tiempo.
6. Porque las frecuencias, horas a las que pasa y horas a las que llega, son imprevistas por lo que no sabes a que hora vas a llegar a tu destino.
7. Porque en muchas ocasiones no te sientes respetado, te sientes maltratado.
Estas razones para odiarlos, se mitigarían considerablemente con los carriles exclusivos y paradas fijas. En el caso de la razón uno y dos se puede solucionar aumentando frecuencias, lo cual también se consigue hacerlo si es que tenemos carriles exclusivos. Los buses pueden hacer más frecuencias si tienen un carril exclusivo, ya que los recorridos lo harían en menos tiempo, recogiendo y bajando pasajeros solo en las paradas establecidas y con un flujo constante. La razón siete es cuestión de capacitar a los “profesionales del volante” para dar un excelente servicio y trato al usuario. Y en esto sí deben ser verdaderos profesionales, con un salario digno, con beneficios sociales y seis horas de trabajo al día.
Desde el punto de vista del ciclista:
1. Porque te lanzan el humo si estás atrás
2. Porque te lanzan el bus y te pitan si estás al frente
3. Porque no te consideran parte del tráfico y no te respetan, te cierran y te pitan para que te quites
4. Porque por su tamaño te amedrentan
Desde el punto de vista del peatón:
1. Porque te lanzan el humo
2. Porque se paran en el paso cebra impidiéndonos el paso
3. Porque cuando estamos cruzando nos pitan y aceleran amenazantes
4. Porque son ruidosos, sus motores producen más decibeles que los automotores pequeños y eso causa estrés.
Las razones para odiarlos, tanto por parte del ciclista como por parte del peatón, se reducirían notablemente organizando el sistema de transporte con carriles exclusivos y o preferenciales y paradas fijas, capacitando y profesionalizando a los choferes, mejorando la calidad de los combustibles y dando paso a unidades con tecnologías menos ruidosas y contaminantes. El trolebús es un buen ejemplo de ello, lástima que el sistema esté incompleto y por ello no se puede apreciar todo su beneficio. Es necesario por ello pasar urgentemente a un sistema completo de BRT (Bus Rapid Transit) para la ciudad. Los transportistas pueden estar seguros que en poco tiempo podrán dejar de ser los malos de la película.
Ahora analicemos algunas razones de porqué debemos querer a los buses:
1. Porque un bus puede llevar 50 pasajeros y ocupa muchísimo menos espacio que 50 autos, o 40 autos para el promedio de Quito de 1,3 pasajeros por auto.
2. Porque al llevar varios pasajeros durante todo el día, el índice de contaminantes emitidos por persona, es mucho menor que el que provoca un auto.
3. Porque son más eficientes energéticamente que el auto, en función del combustible consumido para transportar un gran número de pasajeros.
4. Porque lo óptimo en términos de eficiencia para transportarse largos trayectos en la ciudad, son los sistemas de transporte masivo y colectivo.
Las razones para quererlos son de mucho peso como para eliminar urgentemente las razones para odiarlos.
Diego Hurtado
APQ
http://www.facebook.com/diegohurtadov?sk=notes&s=30