miércoles, 29 de febrero de 2012

LOS NIÑOS Y EL ESPACIO PÚBLICO


Nuestro espacio público puede marcar la diferencia  en tener niños mejor desarrollados, felices o desdichados. Veamos por qué.

1.      Mientras más rica en espacios y actividades es una comunidad, más ricos serán los procesos de aprendizaje.  Es necesario que los niños tengan acceso al mundo adulto, puesto que los niños aprenden más de las experiencias concretas,  y el escenario ideal para esta interacción es el espacio público.  Si los limitamos a la educación de las escuelas y al hogar, esta siempre va  a ser incompleta.

2.      Los niños necesitan jugar con otros niños, esto es fundamental para un crecimiento social saludable. El espacio público es el espacio ideal para ello.  Existen estudios que señalan que si los niños no juegan con otros niños durante los primeros cinco años de vida, hay una gran posibilidad de que cuando sean adultos, adquieran  algún tipo de enfermedad mental. Hay datos sobre casos de adultos con enfermedades mentales, en los que se encuentra una relación directa entre  los casos de neurosis graves, con los que decían  haber tenido muy pocos o ningún amigo durante su niñez. [1]

3.      Los niños necesitan gran cantidad de espacio para liberar toda su energía, todos los que tienen o han tenido hijos pequeños, viven o han vivido el drama de tenerlos encerrados en sus casas o departamentos sin tener donde descargar toda esa energía.
Sin embargo, la conformación del espacio público actual, hace que esto sea una tarea casi imposible, hay demasiado peligro en las calles, como para dejarlos andar solos,  limitando el  que los niños puedan contactarse entre sí y hacer amistades.  El tráfico veloz, incluso en calles locales, los parques desintegrados  de la vida de la comunidad  y el miedo a extraños, a robos y agresiones hace que los padres mantengamos  a nuestros hijos encerrados en las casas, aislados del mundo real.    Vivimos con miedo de dejar a nuestros niños y adolescentes salir a divertirse, miedo de utilizar el espacio público, miedo de salir a pie, miedo de salir  solos por las noches.  Esto a la vez hace que los espacios públicos estén vacíos e  inseguros, cerrándose un círculo vicioso.
Como no existen mayores alternativas, los espacios virtuales, están reemplazando a los espacios públicos como lugares de entretenimiento y encuentro.  Muchas veces a los padres no nos queda más remedio que dejar a nuestros hijos ver la televisión, navegar por el internet,  jugar con juegos de videos o de computadora, o en el mejor de los casos,  pagar  actividades extracurriculares,  campamentos de verano y otras en donde se puedan entretener y disipar un poco esas energías.  Los  primeros los alejan del mundo real y pueden ser peligrosos si son excesivos y no son controlados por los padres.  Los segundos son costosos, lo que significa que están limitados a una elite económica y acrecienta las diferencias sociales.

¿Qué podemos hacer? 

Debemos crear espacios que faciliten el contacto vecinal y además sean ricos en actividades. Como podemos ver, el contacto vecinal entre niños es vital, por lo que si desarrollamos espacios que faciliten este contacto, estaremos asegurando niños felices con una gran posibilidad de llegar a ser adultos felices y de que puedan crear comunidades felices.  
Por ejemplo,  el espacio público más común, la calle local, debe transformarse de espacio de circulación, en espacio  de encuentro vecinal, en lugar de aprendizaje del mundo adulto, en espacio de juego de los niños, en el patio de la vecindad en donde los autos circulan lentamente mientras se comparte ese espacio con muchas actividades comunales.  
A simple vista esto le podrá parecer muy osado, pero no lo es, tal vez muchos de nosotros recordemos que cuando éramos niños y no había mucho tráfico, era en la calle donde jugábamos. Jugábamos fútbol, andábamos en bicicleta, bajábamos las calles empinadas en coches de madera o patinetas,  jugábamos plancha  o a las  bolas, saltábamos la soga,  jugábamos rayuela y muchas cosas más.

A continuación algunos cambios que se deberían hacer para que el espacio público pueda ser usado por los niños.

1.      Para transformar nuestras calles locales en espacios seguros para los niños, hay que pacificar el tráfico al interior, es decir que los autos que circulen a su interior lo hagan en forma lenta y segura, como debería ser en una calle local.  

Para lograrlo  estas son algunas ideas de lo que se puede hacerse puede hacer:
  • aceras continuas  a lo largo de las calles colectoras con rampa de ingreso a la calle transversal local
  • reducir el radio de giro de los autos al mínimo, cuando entran desde una vía colectora o arterial hacia una calle local
  • ensanchamiento de las esquinas de tal manera de reducir el cruce peatonal, marcar el espacio de parqueo de los autos y reducir la velocidad de los que ingresan a la calle
  • plataformas únicas con prioridad al espacio peatonal, calles peatonales o de acceso restringido
  • ensanchamiento de aceras, de tal manera de reducir el ancho de circulación vehicular al mínimo
  • vías en un solo sentido y evitar el cruce de calles prefiriendo los encuentros en T. 
  • calzada curva y zigzagueante, de tal manera de reducir la velocidad del automotor
  • sembrar árboles o colocar jardineras o mobiliario  o rotondas en medio de la calle

2.      Además nuestro espacio público debe estar configurado de tal manera que dinamice las actividades.

  • para ello es necesario que la relación entre espacio público y espacio privado sea fuerte  y que la calle, plaza o parque se conviertan en una extensión del hogar, del trabajo, de la oficina, del comercio, de la escuela, del taller del artesano. En un barrio con gran riqueza de espacios públicos con dominio de la gente, podemos tener una gran diversidad de actividades y funciones, desde tiendas y comercios locales, talleres artesanales, estudios profesionales, restaurantes, cafeterías, peluquerías, bares, microempresas, servicios varios, teatro, calles comerciales, juegos infantiles, etc. 
  • el parque del barrio debería ser  el centro de actividades, en la plaza de encuentro barrial. Alrededor de este deberían implantarse equipamiento barrial como iglesia, centro educativo, centro administrativo y de gestión, de seguridad, salud, recreativo, deportivo, etc.
  • la conformación del espacio debe  facilitar que las principales actividades del barrio  estén conectadas y cercanas  como para tener acceso a pie.  De esa manera los niños podrán recorrerlo en forma segura y  de ese modo poder aprovechar al máximo de todas estas experiencias y actividades.

Desgraciadamente nuestra legislación urbana exige hacer todo lo contrario, tanto es así que nos obligan a dejar espacios amplios para los automotores en las calles locales y los radios de giros son calculados para que la velocidad de los automotores no disminuya. Nos obligan a dejar un espacio verde sin mayor criterio de sus relaciones con las principales actividades del barrio.  Complican el uso mixto del suelo y sin embargo promueven la implantación de ciertos comercios y equipamientos que por su escala, generan tráfico y molestias a los habitantes del barrio.

Diego Hurtado
Asociación de Peatones de Quito
Marzo del 2009
[1] Alexander Christopher. Un Lenguaje de Patrones. Editorial Gustavo Gil. Barcelona 1980.   Capítulo 57. Los niños en la ciudad

http://www.facebook.com/diegohurtadov?sk=notes&s=30



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