Nuestro espacio público puede marcar la diferencia en tener niños mejor desarrollados, felices o desdichados. Veamos por qué.
1.
Mientras más rica en espacios y actividades es una comunidad, más ricos
serán los procesos de aprendizaje. Es necesario que los niños tengan
acceso al mundo adulto, puesto que los niños aprenden más de las
experiencias concretas, y el escenario ideal para esta interacción es
el espacio público. Si los limitamos a la educación de las escuelas y
al hogar, esta siempre va a ser incompleta.
2. Los
niños necesitan jugar con otros niños, esto es fundamental para un
crecimiento social saludable. El espacio público es el espacio ideal
para ello. Existen estudios que señalan que si los niños no juegan con
otros niños durante los primeros cinco años de vida, hay una gran
posibilidad de que cuando sean adultos, adquieran algún tipo de
enfermedad mental. Hay datos sobre casos de adultos con enfermedades
mentales, en los que se encuentra una relación directa entre los casos
de neurosis graves, con los que decían haber tenido muy pocos o ningún
amigo durante su niñez. [1]
3. Los niños necesitan
gran cantidad de espacio para liberar toda su energía, todos los que
tienen o han tenido hijos pequeños, viven o han vivido el drama de
tenerlos encerrados en sus casas o departamentos sin tener donde
descargar toda esa energía.
Sin embargo, la conformación del
espacio público actual, hace que esto sea una tarea casi imposible, hay
demasiado peligro en las calles, como para dejarlos andar solos,
limitando el que los niños puedan contactarse entre sí y hacer
amistades. El tráfico veloz, incluso en calles locales, los parques
desintegrados de la vida de la comunidad y el miedo a extraños, a
robos y agresiones hace que los padres mantengamos a nuestros hijos
encerrados en las casas, aislados del mundo real. Vivimos con miedo
de dejar a nuestros niños y adolescentes salir a divertirse, miedo de
utilizar el espacio público, miedo de salir a pie, miedo de salir solos
por las noches. Esto a la vez hace que los espacios públicos estén
vacíos e inseguros, cerrándose un círculo vicioso.
Como no
existen mayores alternativas, los espacios virtuales, están reemplazando
a los espacios públicos como lugares de entretenimiento y encuentro.
Muchas veces a los padres no nos queda más remedio que dejar a nuestros
hijos ver la televisión, navegar por el internet, jugar con juegos de
videos o de computadora, o en el mejor de los casos, pagar actividades
extracurriculares, campamentos de verano y otras en donde se puedan
entretener y disipar un poco esas energías. Los primeros los alejan
del mundo real y pueden ser peligrosos si son excesivos y no son
controlados por los padres. Los segundos son costosos, lo que significa
que están limitados a una elite económica y acrecienta las diferencias
sociales.
¿Qué podemos hacer?
Debemos
crear espacios que faciliten el contacto vecinal y además sean ricos en
actividades. Como podemos ver, el contacto vecinal entre niños es
vital, por lo que si desarrollamos espacios que faciliten este contacto,
estaremos asegurando niños felices con una gran posibilidad de llegar a
ser adultos felices y de que puedan crear comunidades felices.
Por
ejemplo, el espacio público más común, la calle local, debe
transformarse de espacio de circulación, en espacio de encuentro
vecinal, en lugar de aprendizaje del mundo adulto, en espacio de juego
de los niños, en el patio de la vecindad en donde los autos circulan
lentamente mientras se comparte ese espacio con muchas actividades
comunales.
A simple vista esto le podrá parecer muy osado, pero
no lo es, tal vez muchos de nosotros recordemos que cuando éramos niños y
no había mucho tráfico, era en la calle donde jugábamos. Jugábamos
fútbol, andábamos en bicicleta, bajábamos las calles empinadas en coches
de madera o patinetas, jugábamos plancha o a las bolas, saltábamos
la soga, jugábamos rayuela y muchas cosas más.
A continuación algunos cambios que se deberían hacer para que el espacio público pueda ser usado por los niños.
1.
Para transformar nuestras calles locales en espacios seguros para los
niños, hay que pacificar el tráfico al interior, es decir que los autos
que circulen a su interior lo hagan en forma lenta y segura, como
debería ser en una calle local.
Para lograrlo estas son algunas ideas de lo que se puede hacerse puede hacer:
- aceras continuas a lo largo de las calles colectoras con rampa de ingreso a la calle transversal local
- reducir el radio de giro de los autos al mínimo, cuando entran desde una vía colectora o arterial hacia una calle local
- ensanchamiento de las esquinas de tal manera de reducir el cruce peatonal, marcar el espacio de parqueo de los autos y reducir la velocidad de los que ingresan a la calle
- plataformas únicas con prioridad al espacio peatonal, calles peatonales o de acceso restringido
- ensanchamiento de aceras, de tal manera de reducir el ancho de circulación vehicular al mínimo
- vías en un solo sentido y evitar el cruce de calles prefiriendo los encuentros en T.
- calzada curva y zigzagueante, de tal manera de reducir la velocidad del automotor
- sembrar árboles o colocar jardineras o mobiliario o rotondas en medio de la calle
2. Además nuestro espacio público debe estar configurado de tal manera que dinamice las actividades.
- para ello es necesario que la relación entre espacio público y espacio privado sea fuerte y que la calle, plaza o parque se conviertan en una extensión del hogar, del trabajo, de la oficina, del comercio, de la escuela, del taller del artesano. En un barrio con gran riqueza de espacios públicos con dominio de la gente, podemos tener una gran diversidad de actividades y funciones, desde tiendas y comercios locales, talleres artesanales, estudios profesionales, restaurantes, cafeterías, peluquerías, bares, microempresas, servicios varios, teatro, calles comerciales, juegos infantiles, etc.
- el parque del barrio debería ser el centro de actividades, en la plaza de encuentro barrial. Alrededor de este deberían implantarse equipamiento barrial como iglesia, centro educativo, centro administrativo y de gestión, de seguridad, salud, recreativo, deportivo, etc.
- la conformación del espacio debe facilitar que las principales actividades del barrio estén conectadas y cercanas como para tener acceso a pie. De esa manera los niños podrán recorrerlo en forma segura y de ese modo poder aprovechar al máximo de todas estas experiencias y actividades.
Desgraciadamente
nuestra legislación urbana exige hacer todo lo contrario, tanto es así
que nos obligan a dejar espacios amplios para los automotores en las
calles locales y los radios de giros son calculados para que la
velocidad de los automotores no disminuya. Nos obligan a dejar un
espacio verde sin mayor criterio de sus relaciones con las principales
actividades del barrio. Complican el uso mixto del suelo y sin embargo
promueven la implantación de ciertos comercios y equipamientos que por
su escala, generan tráfico y molestias a los habitantes del barrio.
Diego Hurtado
Asociación de Peatones de Quito
Marzo del 2009
[1] Alexander Christopher. Un Lenguaje de Patrones. Editorial Gustavo Gil. Barcelona 1980. Capítulo 57. Los niños en la ciudad
http://www.facebook.com/diegohurtadov?sk=notes&s=30
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