miércoles, 30 de mayo de 2012

LA ENERGÍA DE LA SOLIDARIDAD, LA ENERGÍA DEL FUTURO



La crisis energética. La energía que mayoritariamente mueve a nuestra economía es proveniente  del petróleo.  El sistema industrial  la usa,  sea directamente como combustible,  indirectamente a través de energía proveniente de centrales termoeléctricas, o como insumos, materia prima, lubricantes, etc.; la agricultura utiliza insumos provenientes del petróleo, fertilizantes, plaguicidas, la maquinaria que usamos para la agricultura se mueve con derivados de petróleo, los sistemas de riego y aspersión, los plásticos de los  invernaderos, la temperatura controlada, las lámparas para el efecto de luz diurna durante la noche, los procesos agroindustriales, etc.;  nuestro sistema de transporte depende casi totalmente de los derivados del petróleo, diesel, gasolina, naftas, aceites, llantas, piezas,   que las  usamos en  aviones, barcos, transporte de carga, transporte colectivo, autos privados, motos;  una gran cantidad de productos que consumimos y tenemos en casa y en nuestros sitios de trabajo son provenientes del petróleo, plásticos, ropa, pinturas, disolventes, muebles, fundas, embalajes, electrodomésticos,  los productos desechables, etc., ; la electricidad y calefacción de nuestros hogares en su gran mayoría en el mundo dependen del petróleo a través de las centrales termoeléctricas; el gas que usamos para cocinar es gas licuado de petróleo; el material utilizado para la construcción de carreteras, el asfalto,  utiliza petróleo; muchos materiales  que utilizamos para la construcción necesitan de un proceso industrial para su fabricación que utiliza energía proveniente del petróleo, el cemento, bloques, hierro, paneles prefabricados, tuberías, policarbonatos, acrílicos,  vidrio, etc.  Si miramos a nuestro alrededor nos podremos dar cuenta que el mundo en que vivimos tiene muchísimas cosas que dependen del petróleo en alguna parte de su proceso.

Como podemos ver,  nuestra economía es sumamente dependiente del petróleo que no es un recurso renovable, y que se está agotando.  Según estudios de geólogos relacionados con la industria del petróleo,[1] la producción en el mundo está a punto de alcanzar el cenit, si no la alcanzó ya, es decir que cada vez habrá menos petróleo en el mundo que el que nos hemos gastado hasta ahora (desde 1859),  y cada año será más difícil extraer petróleo para mantener la demanda creciente del sistema.

Nuestra economía ha crecido a la par de nuestro consumo de energía, si nuestra principal fuente de energía se está agotando, ya no es posible el crecimiento económico.

La lógica del crecimiento económico es crecer los mercados, aumentar la producción y el consumo para generar riqueza.  Hasta ahora esto ha sido posible ya que hemos contado con suficiente petróleo barato, lo que permitía que el uso de la energía aumente cada año en consonancia con el crecimiento económico. Es decir que cada año necesitamos extraer más petróleo, para mantener el crecimiento. Pero ahora tendremos que enfrentarnos a que cada año tendremos menos fuente de energía barata y por lo tanto el crecimiento concebido como lo es ahora ya no es posible. Esta lógica del mercado y crecimiento económico se ha puesto la soga al cuello.

Es por ello que podemos entender la desesperación de los aferrados al sistema actual que tratan por todos los medios de apropiarse de las reservas probadas de petróleo, como es el caso de  las guerras de Irak y Afganistán y la amenaza de una guerra contra Irán. De la repentina y desesperada búsqueda de fuentes de energía alternativas como los biocombustibles,   que justifican la “Gira del Etanol” que hizo George W. Bush. También podemos entender el porqué de la rápida subida de los precios del petróleo en los últimos años, y podríamos afirmar que difícilmente estos bajarán. También es preocupante el imaginarnos hasta donde estos grupos de poder mundial pueden ser capaces de llegar para mantener su status quo.

Las energías alternativas no podrían suplantar en corto plazo a la energía proveniente del petróleo.

El gas natural y el carbón son fuentes de energía no renovable, que también se están agotando rápidamente por lo tanto no son viables.  La energía solar es una buena alternativa, pero para poder suplantar  la energía necesaria para mantener el “modo de vida americano”, sería necesaria una superficie equivalente al estado de Texas y Arizona, llena de paneles fotovoltaicos, lo cual no es posible.   La energía eólica funciona en donde existen abundantes vientos todo el año, que no son muchos, por lo que no podría reemplazar la energía necesaria actual.  La energía térmica  serviría tan solo localmente.  El hidrógeno no es una fuente de energía, tan solo es una fuente de almacenamiento de energía, y dependería del petróleo o combustibles fósiles para la producción del hidrógeno o de la electrolisis del agua, que depende de electricidad para realizarla.  La energía nuclear es costosa y peligrosa, recordemos Chernobil. Las hidroeléctricas tienen muchos impactos ambientales y tampoco podrían reemplazar a la energía dependiente del petróleo. Los biocombustibles actualmente representan un mínimo del consumo de combustibles,  por ejemplo, en los Estados Unidos,   el etanol corresponde a  apenas al 3% del total de combustibles consumidos por automóviles  en el 2006, sin embargo  se habrían necesitado 55 millones de toneladas de maíz para su producción. [2] Para reemplazar significativamente el uso del petróleo con biocombustibles, necesitaríamos destinar grandes extensiones de tierra agrícolas, perder zonas de reserva, talar bosques, para en estas tierras, sembrar monocultivos de caña de azúcar, soya, palma o maíz.  Esto sería un desastre peor que el de los combustibles fósiles.

Todas estas alternativas  juntas no podrían reemplazar la energía utilizada actualmente por el petróleo para mantener nuestra sociedad de consumo. Y si se llegara a dar el caso de poder reemplazarla  esta demoraría muchos años, hasta mientras el sistema económico caería en una depresión en picada.  

Además hay que tomar en cuenta, el balance energético de muchas de estas alternativas, es decir ¿cuanto de energía fósil  es necesaria para obtener otra fuente de energía? 

Pocos son los que consumen la mayor cantidad de energía en el planeta.
Los países “más desarrollados económicamente”, son los que consumen más energía. Del consumo total de energía en el mundo en el año 2003 fueron responsables del 51,5% los países miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, OECD, en la cual son miembros principales  Estados Unidos, Canadá, México, varios de los países de la Unión Europa, Australia, Nueva Zelanda, Japón, y Corea del Sur.  Rusia y algunos países ex miembros de la Unión Soviética fueron responsables del 8,5%;  la China lo fue del 12,3%; el resto de Asia el 12,1%, América Latina, el 5%; Medio Oriente el 4%; y África el 5,7%.   [3] 

Podemos ver que los países más desarrollados del planeta son los que consumen más de la mitad de la energía y que, por ejemplo, América Latina  tan solo consume el 5% del total.  De estos el mayor consumidor de energía en el planeta  y
el mayor productor de gases efecto invernadero es los Estados Unidos.  A su vez existe en todas partes del mundo y con más acento en ciertos países, una gran  inequidad entre pobres y ricos.   Países y pocas  personas que  consumen una gran cantidad de energía y recursos y que los están agotando, y una gran población que no tiene acceso a satisfacer siquiera sus necesidades básicas.

Es necesario un decrecimiento de la economía de “los ricos del planeta”, para que pueda  ser sostenible la vida en la Tierra,  pero sobretodo es necesario redefinir los conceptos de la economía y el desarrollo para llegar a un equilibrio  en la distribución de lo recursos y la energía existente en el planeta.  La producción sería en este caso no de acumulación, sino de la de producción de los  bienes necesarios para el bienestar físico, cultural y espiritual de los seres humanos, para el buen vivir. La energía, sería la   necesaria para mantener la vida en todas sus manifestaciones.    El ahorro sería el de los recursos para garantizar su provisión a las generaciones futuras y el desarrollo estaría en la superación espiritual y cultural de los seres humanos en interacción con las leyes naturales.

Hay que aceptar los hechos, somos adictos.

El inicio de la curación de un alcohólico o de un dependiente de drogas es aceptar los hechos. Es aceptar  su condición de alcohólico o drogadicto. Podríamos hacer  una analogía al respecto con nuestra civilización industrial.  Nuestra dependencia del petróleo es cada vez mayor,  como la de un alcohólico al licor.   Somos una sociedad enferma autohólica, petroleoadicta.  Una sociedad  de consumo y derroche.  Jung nos hablaba de una sociedad disociada como si fuéramos una persona neurótica y que nos está llevando a la autodestrucción. 

Si queremos empezar a curarnos debemos aceptar estos hechos y empezar a cambiar nuestro modo de vida, a quitarnos nuestra adicción.   Si queremos salvar al planeta y la vida en el planeta debemos empezar a curarnos de nuestra dependencia.  Debemos dejar de aferrarnos a los falsos sueños que la sociedad de consumo nos presenta como un ideal de vida y volver nuestra mirada a nuestros sueños más profundos, y pensar en el mundo que queremos, en la ciudad que queremos, en el ser humano que queremos ser y luchar para hacerlo realidad.
Debemos aceptar el hecho de que la sociedad de consumo y derroche desenfrenado a la que hemos estado acostumbrados ya no es posible, no solo porque nuestra fuente principal de energía se está agotando, sino porque nuestro planeta está en grave riesgo de colapsar por los problemas ambientales, por la deshumanización creciente de la sociedad, del hecho de que cada vez trabajamos más para satisfacer “nuestras necesidades” y que nunca terminamos de satisfacer las necesidades creadas por la sociedad de consumo.
Desgraciadamente los más dependientes del petróleo son los menos dispuestos a aceptar los hechos. Ellos son los que además manejan el poder económico mundial, por lo que la curación de la adicción en este caso está difícil.

¿Que podemos hacer para curarnos de la adicción al petróleo?

Primeramente  nuestro cambio en lo hábitos de consumo.  Reducir, reciclar y reutilizar. Valorar lo que la naturaleza nos provee para evitar el derroche y el desperdicio. 

Ser más eficientes. La eficiencia energética se refiere a un concepto de optimizar la energía existente para producir el efecto deseado.  Es más eficiente calentar agua con un panel solar, que a través de un tanque calentador de agua que funciona con energía eléctrica, proveniente de una central termoeléctrica a varios kilómetros  de distancia que quema combustibles a temperaturas mayores a  500º C, para tener agua en la ducha a 38º C.[4] Debemos en cualquier condición buscar  la eficiencia energética.

Para movilizarnos tenemos que reducir al mínimo los desplazamientos en autos privados, prefiriendo para los mismos, la bicicleta, la caminata y el transporte colectivo que son más eficientes energéticamente. [5]  Por lo mismo es necesaria una planificación que reduzca la necesidad del uso del automóvil. Tener muchas actividades a distancia de caminata, para  evitar movilidades innecesarias. Crear comunidades locales con muchos servicios, de tal manera de que dependan en lo más mínimo de sistemas de transportes motorizados.

Debemos volver a poner énfasis en lo local. Mientras más materiales locales utilicemos, evitaremos la importación desde grandes distancias ahorrando muchos recursos energéticos.  Valorar lo local y crear un mercado con productos locales, y artesanalmente fabricados.

La arquitectura y las edificaciones deben responder a criterios de ahorro energético y a la captación de energía solar, captación de luz natural en todas las habitaciones durante el día, captación de vientos, brisas del entorno, sombra de árboles y enfriadores naturales, de tal manera de depender en lo menos posible de calefacción y aire acondicionado artificial. Las antiguas ciudades nos dan buenos ejemplos de adaptación de la arquitectura y el urbanismo al clima. La captación de la energía solar pasiva debe ser la primera prioridad en el diseño de viviendas, oficinas, talleres, aulas y espacios construidos  y tender al  diseño bioclimático. 

El uso de materiales locales para la construcción garantiza una excelente adaptación con el clima y el paisaje y además conlleva un  ahorro energético.  Por ejemplo para la fabricación de un bloque de cemento se utiliza 300 veces más energía que para la fabricación de un adobe de tierra. Se debe por lo tanto fomentar el uso de materiales locales y sin procesos industriales para satisfacer las necesidades de vivienda.

La  energía necesaria para nuestras actividades deben ser en lo posible   de fuentes locales y renovables de energía como  paneles solares, células fotovoltaicas, energía eólica, energía hidráulica, biogas, biocombustibles a escala local, energía geotérmica, y por último cuando ya no hay más, de fuentes no renovables, de la energía de los combustibles fósiles, con un criterio de ahorro máximo. 

La agricultura debe cambiar su forma actual de producción por una agricultura orgánica, de variedad de cultivos y a distancias cercanas del consumidor.  Se debe promover la permacultura,  la creación de huertos y frutales  urbanos.  El vegetarianismo es una buena opción para un gran ahorro de energía.


La energía de la solidaridad, la energía del futuro.

Finalmente no olvidarnos que somos una comunidad, no solo de seres humanos, sino una comunidad de seres vivos que habitamos en el planeta Tierra.  Por lo mismo debemos  trabajar juntos con el apoyo de las fuerzas de la naturaleza en preservar el equilibrio ecológico y el bienestar de todos.  La economía debe estar regida por las leyes naturales.  A esta fuente de energía la podríamos denominar la energía de la solidaridad como alguna vez leí en una proclama de un encuentro de mujeres, y sería la principal fuente de energía de un futuro ojalá muy cercano. Esta energía de la solidaridad es el remedio más efectivo para curarnos de nuestra adicción al petróleo.  El momento en que un buen grupo de ciudadanos comencemos  a aplicar esta forma de energía, reduciremos nuestros apegos. Las otras fuentes de energía serán muy fáciles de conseguir y el cambio esperado a una sociedad de armonía será cada vez más cercano.


Diego Hurtado
APQ
2007


[1] Richard Heinberg.  The Party’s is over.  Reseña de Francisco Gónzalez.
[2] Bravo Elizabeth. Encendiendo el debate sobre Biocombustibles. Acción Ecológica. Quito. 2006
[3] Bravo Elizabeth. Encendiendo el debate sobre Biocombustibles. Acción Ecológica. Quito. 2006
[4] David Wright.  Arquitectura solar natural. GG. México 1983.
[5] La bicicleta es el medio de transporte  de mayor ahorro energético. 66kj/Km. por persona. El peatón consume 330kj/Km., el trole 342, el tranvía 395, el metro 433, el autobús 762, un pequeño auto 1483, un auto mediano 2925 y un auto grande 5778. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario