Los orígenes
Algunos
de los pasajes más sobresalientes de las declaraciones realizadas por Le
Corbusier, el gran maestro de la arquitectura moderna.
El gran maestro Le Corbusier, relata cómo se fueron sucediendo
diferentes hechos en su juventud, que hicieron que optase por caminos no
convencionales para llevar a cabo sus objetivos.
Le Corbusier describe como estaba constituida su familia y como
ésta influyó en su manera de encarar la vida. "La familia directa, padre y madre influyen en forma decisiva
sobre mucha gente. Para mí fue importante, ya que mi familia era muy armoniosa,
simple, digna y nada burguesa."
"Mi madre se dedicaba a la música seriamente,
profesionalmente; mi padre estaba abocado a una profesión condenada a
desaparecer: en la capital de reloj, La Chaux-de -Fonds, Suiza, donde nací, fabricaba
cuadrantes de esmalte blanco, una de las artesanías más difíciles. Mi padre la
ejerció con todas sus dificultades que yo intuía en forma directa o indirecta.
Nunca quise hacer ese trabajo, y mi padre tampoco me lo propuso".
"Mi hermano estaba
destinado a la música: violinista desde los ocho años, un concierto a los once.
La familia se concentró en él mientras yo callejeaba con mis amigos y seguía mi
propio camino. Dejé la escuela a los 13 años. Tenía la manía del dibujo,
entonces ingresé en una escuela de arte. Pero el primer día al volver a casa
dije: "Me hacen grabar estuches de reloj" y mi padre me dijo:
"Más vale eso que nada". Pero no me gustó, no quería tallar relojes
para Sudamérica."
"Un
maestro estupendo se interesó por mi, se llamaba L'Epplatenier. Un día me dijo:
"Harás otra cosa, serás arquitecto". Y yo le dije: "¡Que
calamidad! Odio ese trabajo". Pensaba en las casas que se hacían en mi
ciudad, muy feas. Un día en mi escuela, había uno que quería construirse una
casa, entonces le propuse hacérsela. El me dijo que yo no era arquitecto, a lo
que yo le contesté: "No, pero puedo probar, es lo mismo hacer una casa que
otras cosas". Entonces le hice unos planos. Y quedó asombrado, lo
convencí."
Ahora el gran maestro, describe
la experiencia de construir una casa a los 18 años, cómo encaró el proyecto,
cuáles fueron sus descubrimientos: "Me
encargó su casa, y tuve mis primeros problemas graves con la opinión pública,
que nunca cesaron."
"Pero
pude manejar piedras, ladrillos, y me interesé en los materiales, en su valor
específico, en que construir es emplear materiales, respetar las leyes de la
resistencia, inventar medios para vencer la resistencia. Y entonces me hice
arquitecto, como se debe, para con Dios quizás, no oficialmente.
En
1918 Le Corbusier elige Francia como residencia definitiva:
"Me
instalé en Francia, y comencé a trabajar como administrador delegado para
asuntos técnicos. Tenía una fábrica, dirigía fabricaciones. Entonces, por
casualidad, empecé a ocuparme del Arte (con A mayúscula) gracias a una amistad
que duró poco con Ozenfant, quien me dijo: "Tienes una sensibilidad de
artista". Profetizó que durante 40 años no construiríamos, pero nos
ocuparíamos de la pintura. Yo quería ocuparme del arte y acepté."
"Trabajábamos de tarde y
de noche, no había otra posibilidad. El sábado y el domingo pintaba hasta las
20. Pinté mi primer cuadro: "La chimenea", un cuadro decisivo,
pintado como una tabla de puerta, impecable, liso..."
"En
1918 fundé y dirigí, con Ozenfant y Dermée, la revista "L´Esprit
Nouveau". A último momento mirando las galeradas del número 1, Ozenfant me
dijo: "Hay que incluir algo de arquitectura". Entonces el sábado por
la noche, hice algo. Había que entregar el texto el lunes. Escribí "Tres
consejos para arquitectos", y dije, "no los firmo Jeanneret, mi
apellido, sino Le Corbusier", y así nació el maldito Le Corbusier, con ese
artículo. Este y los siguientes hicieron mucho ruido."
Los
artículos contenían frases como éstas:
"Hay
un nuevo espíritu, un espíritu constructivo, de síntesis, con una concepción
clara. Hay muchas obras del nuevo espíritu, sobre todo en la producción
industrial."
"Los
grandes problemas de la construcción moderna serán resueltos por la geometría.
El ingeniero, inspirado por la ley de economía y conducido por el cálculo nos
pone de acuerdo con el universo, logra la armonía. La arquitectura es el juego
inteligente y magnífico de los volúmenes reunidos bajo la luz."
"Los
tres consejos a los arquitectos, el plano, el volumen, la superficie,
provocaron enojo en la profesión, me juzgaron grosero, pero yo recordaba algo
fundamental."
"Ese articulo fue una
bomba, llegaron cartas, visitas de todo el mundo, a ver a Le Corbusier. A veces
me costaba creer que ése era yo."
"En
1922 hice una casa para una pareja que había leído mis artículos. No eran muy
ricos, querían la casa en Vaucresson. Eran muy amables. Hace poco recibí una
carta con letra titubeante: "Soy
|
"Fue muy difícil esa
casita, sobre todo la ventana del baño, que no se armonizaba con las otras.
Recuerdo que una noche íbamos al Cirque d´Hiver y de golpe en el ascensor dije
"¡Se me ocurrió algo!" Esa ventana era fundamental, no tenía que
desentonar, la hice respetando la unidad del conjunto."
Las artes constructivas, las máquinas y el hombre
En este tema se
puede apreciar cómo el genial suizo-francés brinda sus polémicos puntos de
vista sobre el rol de las artes constructivas en la modernidad y reafirma su
confianza en el papel que jugarían las máquinas en la vida del Hombre.
"El
primer estímulo para desarrollar mis ideas lo sentí en Toscana, donde ví
resueltos, en el silencio y la meditación, los problemas del individuo y de la
colectividad. Este es un binomio necesario para la armonía y, desde el
comienzo, quise hacer ciudades que permitiesen solucionar la dialéctica entre ese
binomio, con la intervención de las condiciones naturales. Es como una inmensa
sinfonía, difícil, pero la técnica moderna permite ejecutarla."
"El
problema planteado es el de las amas de casa. Si se juntan 300 de ellas, se les
da intimidad y distancia, por paradójico que parezca, tendrán (además de
intimidad), servicios comunes, guarderías, clubes y servicios a
domicilio."
"Si
se hacen conjuntos de 350 casitas situadas en jardines, no se logrará la
síntesis y el sincronismo de las tareas cotidianas. Pero si se reúnen 350
casas, unas sobre otras, de cierto modo inteligente y organizado, se quiebran
las distancias, se las anula."
"Así,
se pueden realizar funciones que se ejecutan sin interrupción en la vida
cotidiana. Primero, las compras se hacen en una cooperativa ubicada en el
centro del edificio. En tanto, la unidad de habitación agrupada permite tener
sol para cada vivienda; espacio, algo que todos buscan lejos, y pone la
vegetación al alcance de todos, alrededor de la casa."
"La música
se desarrolla en el tiempo, la arquitectura también. La arquitectura se
desarrolla en el tiempo y en el espacio. No se ve de una vez, se mira
recorriendo, dándose vuelta. Tenemos los ojos delante y no detrás, y más o
menos a 1,60 metros
de altura. Eso es muy importante, es la clave en arquitectura. Hay que tener
todo eso en cuenta en la concepción de la arquitectura."
"Admiro la
perfección desde que vi el Partenón. Y, en nuestra civilización, esa perfección
la aporta automáticamente la máquina, que no es un espanto ni algo horrible,
sino un útil extraordinario de perfección."
"La
perfección debe lograr sus fines de naturaleza, no estética, pero sí armoniosa.
Y ésta se basa en el estándar, palabra horrible, que me valió insultos y
reproches. Pero el templo griego es un estándar, y también las madonnas."
"Todo
el pensamiento humano actúa sobre estándares, busca situarse en relación con
temas esenciales, escogidos, ultimados y afinados cada vez más, en lugar de
divagar en la cacofonía. El estándar lleva a la perfección, lleva a reconocer
elementos permanentes en las cosas. Esa búsqueda nos lleva hacia el hombre,
hacia la presencia humana."
La odisea
de realizar viviendas íntegras
Sobre las
dificultades que sufrieron las viviendas que proyectó para la ciudad de Pessac
en 1925:
"Un industrial de Burdeos dijo :
‘Quiero demostrar que se puede resolver el problema de la vivienda. Haré una
casa de 18.000 francos’. Se necesitaban 75.000 francos para comprar una máquina
y, aunque le pareció muchísimo, la compró. También compró el terreno. Quería
empezar con 50 casas. Hizo todo lo posible, pero provocó celos, odio, y eso
también me afectó a mí. Pero de todos modos hicimos la Cité de Pessac, un pequeño
paraíso.
Pero no
quisieron darle agua porque decían que las casas eran antihumanas, que no eran
para hombres. Así lo dijo el director de obras hidráulicas. Y por eso quedaron
vacías ocho años. Pero en París oyeron hablar de la ciudad de Dessau. Gropius,
un gran arquitecto alemán echado por Hitler, había construido en Dessau
inspirándose mucho en Pessac. La Municipalidad de París decidió enviar una
comisión a Dessau para estudiar la arquitectura moderna alemana, mientras
Pessac moría."
Sobre el
Pabellón del Espirit Nouveau que diseñó para la Exposición de Artes
Decorativas de 1925:
"Me echaron y me negaron terrenos.
Pero al final quedó uno abandonado. Entonces, un joven de la dirección de la
exposición me llamó y me dijo que había un terreno disponible.
Llamé a
unos colaboradores y les dije : ‘Llévense unos tableros e instálense en el
terreno todo el día. Quédense varios días’. Y así lo hicieron y por eso no
pudieron robármelo. Hice el Pabellón Espirit Nouveau. Era algo de vanguardia,
formidable. Creé así el orden celular de la vivienda, con gran fasto, pero sin
excesos ni nada parecido."
Sobre la decoración: Desde hace mucho
lucho contra la decoración. Sólo hice eso de joven y por eso no me gusta. La
decoración es algo superficial, ocupa un lugar inmutable. Por eso los edificios
públicos se decoran para publicitar a las "personalidades". No hace
falta mirarla siempre, pero en la vivienda es algo obsesivo.
Es cierto que la gente se vuelve inerte, ni mira, y eso es lo terrible. Es mejor lo que estimula. Esto no quiere decir que hay que eliminar la pintura o las esculturas de las casas. Si se observa la historia del arte en el tiempo y el espacio, se verá que la decoración es a veces discutible. Los palacios, los templos son en general algo recargado, y cuando existe esa intención es un error grave.
Hay a nuestro alrededor emociones muy bellas y en el arte, donde están las más intensas, no acepto la mediocridad. Hay arte, no arte decorativo. El arte es algo riguroso, el arte decorativo no lo es, es superficial, alborotador. Prefiero un guijarro en la playa, una mariposa o un hueso limpiado por el mar, y no un objeto en el que se abrazan palomas o ceniceros que representan a santos."
"Las obras de dimensión humana son eslabones de la tradición" |
Este tema
muestra al suizo-francés en su faceta urbanística, a través de la explicación
de las ideas que aplicó para elaborar su Plan Vecinal para París en 1922, y como humanista
en las ideas que lo llevaron a proyectar en 1929 la famosa Ville Savoye, en
Poissy, finalizando con algunas definiciones sobre la arquitectura.
"Hoy el mundo está lleno de pústulas: las grandes ciudades, monstruos como Nueva York, Londres y ahora París. Es decir, cinco, siete o doce millones de habitantes, pura locura. Lo único que hay son problemas, ruido, mal olor, una vida de nervios y el sálvese quien pueda. Por eso la gente prefiere vivir afuera."
"La
técnica libera. Ahora es posible ir a todas partes. Se conquistan horizontes y,
en lugar de ver la casa del vecino, en lugar de esas fachadas a la calle y las
calles abajo, se hacen estos edificios verticales. Así, se liberan 2, 3, 4, 5, 6 hectáreas de terreno,
y así se logra una ciudad toda verde.
Las ventanas son entonces ventanales abiertos y enfrente ya no está el vecino,
sino vistas ilimitadas abiertas hacia el horizonte."
Sobre la Ville
Savoye : "El plano
moderno de la construcción en acero u hormigón, es decir postes aislados y
tabiques a discreción, es ahora un plano libre. Ya no se trata de muros que se
cruzan en ángulo recto, formando piezas cuadradas que una puerta cierra y una
ventana abre. Ahora, el local es como un continente que puede ser tabicado y
eso ya no da lugar a la pieza que se llama sala de estar, comedor, etc., sino
que da complejos de forma."
"En
esas condiciones, por economía, gracias a una ubicación precisa, a una
ubicación hábil de los tabiques, de las circulaciones y de las puertas, gracias
a la altura de las piezas y al color, se puede aportar una variedad
extraordinaria y superar obstáculos impuestos por la biología de nuestra
concepción."
Sobre el color: "Hay necesidades prácticas en el mecanismo
interior de la vivienda, como por ejemplo en el auto, alrededor del motor. Y
cuando hay elementos molestos, gracias a la policromía es posible hacerlos
resaltar o aplastarlos, pintarlos oscuro o brillante y así se atrae la mirada, como
un prestidigitador o como un gran actor, donde uno quiere. Así, el ojo, la
gente, estará muy sorprendida al ver cuánta libertad hay en algo muy
comprimido."
"El color es algo admirable. Es como la sangre que anima las cosas visuales. El color cumple un papel enorme, capital, desde el punto de vista psicofísico. En arquitectura, la policromía interviene, pero es secundaria. No era indispensable cuando se construía en piedra.
Entonces
un cuarto era rosado, el otro verde, el otro azul. Pero cuando se hacen cosas
extravagantes en hormigón con edificios como suspendidos en las nubes con
tabiques, o perspectivas inesperadas, o espacios también inesperados, la
policromía permite muchas cosas. Nació así una nueva ciencia en relación con el
hormigón armado."
Sobre la formación: "Yo no fui a la Universidad , no pude.
Ví los programas y decidí que no iba a ir. Había visto el Partenón desde muy
cerca, pude tocarlo con mis manos, y pensé que eso no se enseñaba en la Universidad. Pero
desde el siglo XIX (antes quizás), se concibió la arquitectura como algo
especializado, para pocos. Pero no es así: en arquitectura, las obras de
dimensión humana son eslabones de la tradición, que está hecha de los eslabones
revolucionarios del pasado."
Sobre
la arquitectura: "La arquitectura es la
puesta en orden del problema considerado. Arquitectura es una palabra reciente,
antes no hacía falta. Y ahora hay tantos arquitectos, que hay que proteger su
vocación. Si me pregunta dónde
está la arquitectura, yo contesto: por doquier."
"Mi aprendizaje, mi carácter y mi condición de artista"
Le Corbusier, sobre el
aprendizaje:
"Quizás
sorprenda, pero diré que nunca pretendí ser más astuto que los demás. Sí pensé
por mi cuenta siempre e intenté explicitarme a mí mismo y a mis ideas en la
práctica. El principio es que tengo una mente organizada. Soy un autodidacta,
pero soy muy curioso, todo me interesa."
"No tengo
diploma y por eso nunca tuve que olvidar lo que estudié. Esa es la pura verdad.
Tampoco fui en absoluto un profesor. Tengo un estudio en la rue de Sevres y
tuve allí más de doscientos colaboradores. Trabajamos juntos, pero nunca fui
profesor. Soy ‘Corbu’ y algunos vienen por eso, y porque saben que no es fácil.
Dicen que tengo mal carácter, pero no es cierto. Soy simpático, aunque grité
cuando hacía falta. Fue una colaboración muy fuerte, trabajamos bien, hicimos
todo tipo de investigaciones.
No sé muy bien
cómo, pero hice ciudades enteras y viajé por todo el mundo durante cincuenta
años. Me pidieron planos, consejos, los di, me robaron, me pagaron, de todo. No
tengo rencor. Así el urbanismo mundial se transformó."
Le Corbusier da
su visión acerca de la pintura:
Le Corbusier:
"Creo que una pintura bien hecha irradia,
extiende las dimensiones, les da un espacio inefable. Eso es muy importante,
pero a menudo los pintores lo ignoran. Como consumidor de pintura creo que su
gran rol es justamente aportar el espacio que puede ser inefable”.
El desafío de interpretar
la tradición de la India ,
su relación con Nehru y su enojo con los
periodistas
La ciudad de
Chandigarh, en las estribaciones del Himalaya, fue fundada por el gobierno de
la naciente República de la
India en 1949. El gran maestro Le Corbusier realizó sus
planos quince años antes. Las obras fueron dirigidas por P. Jeanneret y el
arquitecto francés estuvo allí, acompañado por el gobernante Nehru, durante la
inauguración de un sector de las obras.
En este tema Le
Corbusier comenta su participación en el acto inaugural.
"¿Qué dice
Nehru? ¿Está contento? Yo estaba tan emocionado.... el fotógrafo sacó la foto
cuando cerré los ojos y abrí la boca. Parezco un idiota que va a estornudar.
Dos americanos me agarran cuando la ceremonia terminó e iba a empezar la visita
con Nehru. Los americanos se precipitan y me piden que explique el edificio.
"Por qué?", les dije. "Miren, ahí está". ¿Le gusta a
Nehru?. No importa, el problema no es ese. Y los desgraciados lo publicaron en
el Times. Desgraciados como siempre. Yo soy poco amable, es verdad. Lo que pasa
es que me irritan. Lo único que les importa es el sensacionalismo. Le dan un
tono patético a todo, no lo soporto."
En un extracto del
reportaje, Le Corbusier también vuelve sobre las muchas críticas que recibió
sobre su personalidad. "Me acusan de ser el gran teórico de la
arquitectura moderna, de hacer sólo papeleo, pero la verdad es que conozco mi
profesión, construí mucho. Hasta ahora mi experiencia fue en países templados.
Entonces tuve que repensar los problemas, poner las cosas en el horno y no en
la heladera, esa es la única diferencia."
Luego aborda
concretamente su proyecto en la ciudad india de Chandigarh: "Primero
liquidé el dilema peatón-auto, ya no se encuentran entre sí. Es factible, muy
fácil de hacer", dijo y cuando se le consultó si le parecía que había
respetado sus ideas de "la ciudad radiante" aclaró que "en este
país se duerme fuera, sobre el césped o el techo, no se pueden hacer
rascacielos, ya que todos se irían sobre el techo o sobre el césped."
"Nehru es un gran hombre, me hice
amigo de él. Estuvimos de acuerdo sobre Chandigarh. Todo tenía que ser de
planta baja. El promotor era el señor Thapar, quien estudió en Oxford. Me
impuso un programa oxfordiano de casitas que no hice. Hice los planos de la
ciudad, la primera con 45
kilómetros de ruta llamadas V3, destinadas
exclusivamente a las velocidades mecánicas. Ni una sola puerta de casa da a
esos 45 kilómetros .
Se necesitaba coraje, lo tuve y también lo tuvo el ingeniero jefe de Pendjab
que estuvo de acuerdo para hacerlo."
El ser humano centro de sus propuestas
El gran maestro
de la arquitectura moderna nos explica los fundamentos de su famosa "mano
abierta", que -con 28
metros de alto- se presenta desde la Fosa de la Consideración como
una convocatoria al diálogo y a la tolerancia en el mundo.
Asimismo se puede apreciar en esta ocasión,
la pasión del genial suizo-francés por las artes plásticas y cómo llegó a
desarrollar su célebre Modulor.
"Para resolver un problema
arquitectónico hay que olvidar lo hecho, encontrar algo nuevo. Ser asiático;
tropical, si se quiere."
"La "mano abierta",
modestamente, expresa una filosofía mía, fruto de una vida de estudio, de
luchas, de derrotas o de victorias a veces. Desde que vi a el líder de la India , Nehru, por primera
vez en Delhi y en Chardighar, desde el comienzo la mano estuvo abierta entre
nosotros y con el tiempo coronó lo que llamé "Fosa de la Consideración ",
es decir un espacio útil para la discusión de la cosa pública al margen de las
autoridades constituídas."
"Esta fosa
está cavada en la cúspide de la ciudad que domina a 28 metros de altura la
mano rutilante sobre el Himalaya. Se llama "Fosa de la Consideración "
porque se debe tener consideración a las cosas, reflexionar, ver, hablar de lo
que es realmente. Está cavada en cinco metros y tiene dos anfiteatros de gradas
porque siempre hay dualidad, derecho a dos opiniones y luego hay asientos para
las personas designadas para hablar esa tarde, ese día, ese crepúsculo. Habrá
una tribuna para el orador con una concha sonora para oír la voz y la mano
dominándolo todo engarzada a 28
metros de altura sobre una esfera y la moverán los
vientos, todos los vientos. Pero no como una veleta, sino para expresar lo que
es la vida, es decir los cambios permanentes que se debe tener en cuenta como
un pan cotidiano."
"Este fue
el único gesto político de mi vida: la mano abierta. Es anticomunista, me
dijeron. En absoluto, es mano abierta para recibir y dar, es signo de optimismo
ante el mundo moderno, catastrófico. Doy la palabra a los otros para solucionar
este momento trágico."
Corbu,
el Modulor y su amor por las artes plásticas
"Siempre me
interesó lo creativo, sobre todo, lo que se aplica al hombre y a su medio. Con
la pintura pude desarrollar todo eso. Es un medio apasionante y
peligroso."
"A veces mi
mano precede a mi mente. La mano humana es algo fantástico. Me gusta lo bello,
me importan los volúmenes y los colores. Pido la autorización de hacer para mí
pintura, arquitectura y escultura. Si a otros les molesta, que se queden en
casa, pero si a los 75 años alguien me pide que muestre lo que hice, que no tengan
celos."
"Tengo un
"castillo" en la
Costa Azul de 3,6
m x 3,6
m para mi mujer. Estupendo, ¿no? Raro adentro, por lo
cómodo. Agradable. Para uso personal. A 13 metros de ahí tengo mi
casa de 1,90 m
x 4 metros ,
son unas maderas que junté y no está mal."
¿Sigue pensando lo mismo que
escribió sobre el Modulor?
"Es una de mis definiciones. Luca
Paccioli escribió durante el Renacimiento la "Divina Proporzione",
inspirada en cosas del pasado. El número de oro, Pitágoras. Yo aporté algo
nuevo al número de oro gracias al sistema métrico de la Revolución. "
"Antes eran el pie y la pulgada, una escala humana. Y con el métrico perdimos eso ya que despersonalizó los instrumentos de medida. El metro, el centímetro, el decímetro no son de la escala, el modulor sí. Tomé las proporciones desde el plexo solar hasta la cabeza y el brazo y encontré la sección de oro allí."
"Y crée un
sistema de dimensionamiento que responde a las dimensiones del cuerpo humano.
Lo descubrí sin darme cuenta. No soy pretencioso, pero es importante. Y abre a
la industria enormes posiblidades. Es un útil moderno. Es sorprendente ver que
una gama de medida, un piano afinado, a la escala humana es una innovación
sensacional."
Ronchamp, cuando la arquitectura eleva los espíritus
Le Corbusier se
explaya sobre la que es, sin dudas, una de sus obras más célebres: la Chapelle Notre Dame
du Haut, en la ciudad de Ronchamp, levantada en 1955.
"La Chapelle Notre Dame
du Haut está ubicada en un lugar muy especial, encima de la llanura de Saona.
Siempre hubo lugares de culto allí. Templos paganos primero, después iglesias y
una capilla. Luego siempre fueron demolidas a lo largo de los siglos. Fueron
demolidas en la guerra de 1871, en la del ‘14, en la del ‘39 y en la Liberación. "
"Venían encargando la reconstrucción
de la capilla a gente del lugar, pero nunca la terminaban. Entonces, hicieron
un concilio, o algo así, en el arzobispado, mientras la capilla seguía siempre
por terminar. Estaban desesperados y un día, en el medio de la reunión, el
inspector Mathey y un canónigo se animaron juntos y dijeron: "¡Corbusier!".
Y los otros respondieron: "Bueno, quizás...". Se levantó la sesión y
así fue. El arzobispo le dijo al abate: "¡Le Corbu! Esto es
grave. Vaya a verlo un domingo y luego me cuenta."
"El hombre vino a la casa con el abate
Ledeur, y yo les dije que no me importaba la iglesia, que yo no pedía nada y
que, si la hacía, sería a mi manera. Me interesaba como obra plástica. En 20
años no había querido hacer una, pero de repente sí tenía ganas. Se entusiasmó
y le habló bien de mí a su arzobispo."
"Fui allí, vi el terreno y
conquisté a los profesionales, a la gente, al cura. Almorcé con el cura, con el
abate, con su hermana. Les hice bromas todo el tiempo. Quizás pensaron que yo
no era serio. Fuimos al lugar y durante 2 ó 3 horas trabajé como un loco y
engendré la Iglesia. No
fue nada fácil, para nada."
¿Cuántos pueden entrar?
"Sólo 200.
Y tendrá un laboratorio de música. Imagínese cuando haya toda esa música y
12.000 tipos escuchando con amplificadores", le dije al cura. Eso en lugar
de una solterona que toque el armonio, un viejo armonio desafinado, horrible.
Podría tener una mejor música y hacer componer y realizar nueva música
religiosa, cosas totalmente nuevas. Un día ví a Varese en Nueva York y le dije:
"Me va a tener que hacer algo fantástico. Los músicos que quieren, pueden
hacer algo. Fíjate si se te ocurre alguna idea, pero no triste, música
alegre."
Por último el gran maestro de la
arquitectura moderna dijo: "Tenía las piedras calcinadas de las ruinas,
pero no podía mandarlas hasta el balastro de la ruta. Entonces utilicé estos
muros. Para que resistan, pensé hacerlos curvos. Curvas útiles porque las hago
acústicas del espacio, recibe los cuatro horizontes diferentes entre sí. Está
el sol naciente llamado eje de Jerusalén. El otro es el sol poniente, el Norte
y el Sur. Se trabaja con eso y no con signos o gestos creado por la
arquitectura decadente, no puse ni uno de ellos en la capilla. Hasta la cruz la
puse en un lugar significativo, al comienzo estaba mal situada, en el eje,
parecía solemne, algo tonta."
El Convento de La Tourette: poco dinero y mucha arquitectura
¿Cómo accedió a diseñar el
Convento de la Tourette ?
"Me
interesaron mucho los ritos que me explicó un padre. Los rituales dominicanos
tienen 800 años y son muy humanos. Me interesan mucho."
"No había un centavo. Siempre me
vienen a pedir cosas y me dicen si puedo hacer algo bello, pero que no tienen dinero."
"En la iglesia, que es parte del
conjunto, hay un espíritu de proporción, de armonía, con el material más simple
posible. Nunca se construyó tan escuetamente. Tenía curiosidad por ver cómo
salía."
"El día de la inauguración, en la gran
misa solemne con el canto gregoriano admirable que se cantó, quedé encantado.
Logré lo que me propuse. Estaban impresionados. Hasta el arzobispo de Lyon me
dijo después que se había "convertido" a Le Corbusier, porque me
había tomado por un diablo y veía que yo sabía hacer, no arte religioso, sino
arte del lugar del oración. El fenómeno y manifestación de lo sagrado en el
hombre."
"Con Pierre
Jeanneret hicimos cosas revolucionarias. La gente se asombraba intuitivamente.
Algunos aceptaban y otros chillaban y chillaban. Quisieron, incluso, domarme
con honores, pero no acepté."
"Los "grandes nombres del
arte" querían que entrase a las Bellas Artes. Les dije que le tenía miedo
al Diablo. "No. Son diablos. No me interesa. Quiero que me dejen
tranquilo". Nada de academias. En una conferencia en Buenos Aires dije:
"no hay que pensar académico". Piensen que quiere decir eso y quizás
estén de acuerdo."
¿Sin
hormigón hubiese podido concebir su arquitectura?
"El
hormigón se desarrolló desde 1920 hasta 1960 prodigiosamente, y permitió hacer
velas, curvas, etc. Antes no se podía, el hormigón de Auguste Perret era una
estructura de madera; era el punto de partida. Ahora, con el hormigón se hacen
formas raras, lo que uno quiere. Aprovecho esas posibilidades, me divierte. En
lugar de hacer armazones de hormigón de ángulos rectos hice otras cosas."
Pero,
¿este material no lo dominó a usted?
"No, lo que me dominó es el animal
humano, el nucleo familiar, la familia, el hogar. Es darle al ser humano su
cáscara. Mi arquitectura es como un organismo vivo, es biológica. Tiene un
soporte óseo, hay fuerzas musculares, redes sanguíneas y nerviosas."
"Todo lo
impecable de la biología lo puse en mis casas. Así, soy un esclavo del trabajo,
pero no me disgusta. Hago ciudades, casas, barracas, etc. De todo, hasta
cositas y la suma de las cositas modestas, permite hacer algo al final."
"Después de 50 años de viajes por el
mundo, me permito decir que aprendí a comprender las cosas, a hallar
soluciones. ¿Qué detractor puede negarme ese derecho? Comprobé que los
políticos han permanecido, no digo indiferentes, sino ajenos al
urbanismo."
"Si merezco algo de gratitud pública,
no es por los palacios que hice, sino por haber abordado el problema de la
arquitectura, el arte, la expresión de la sensibilidad humana. Sentí que la
vivienda era el lugar de la familia, y que se podría probar algo grande por ese
lado, en que hallé que había gran parte de la felicidad humana."
El 27 de agosto de 1965, André Malraux
despide al gran maestro de la arquitectura moderna: "Fue pintor, escultor
y más secretamente poeta. No luchó ni por la pintura, ni por la escultura, ni
por la poesía. Sólo luchó por la arquitectura. Su famosa frase: "Una
casa es una máquina para vivir", no lo pinta bien; sí lo hace otra frase:
"La
casa debe ser el estuche de la vida, la máquina de felicidad."
Siempre soñó con ciudades, y su proyecto de
ciudad radiante son torres que se levantan en inmensos jardines. Este agnóstico
construyó la iglesia y el convento más fantásticos del siglo. Al final de su
vida decía: "Trabajé por lo que más necesitan los hombres hoy: el silencio
y la paz."
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